Lo que me anima
Puede que aquello que me anima sea lo mismo que me desanima, puedo ser la mujer más triste del mundo y al momento la más feliz, nunca supe tensar la cuerda floja de mi vida. Pero tal vez el sube y baja de esa montaña rusa en la que me subo cada día es lo que hace que mis sentimientos están donde tienen que estar y no desaparecidos, aunque esto segundo en ocasiones sea más recomendable.
De todas formas para bien, o casi siempre para mal, no hago mucho caso de las recomendaciones, y aún así me puedo considerar una persona feliz, en pleno momento vital, y aun contradiciendo la opinión de muchos, lejos del mundo de las piruletas, al que a todas las niñas con sonrisa mona pintada en la cara nos hacen viajar en algunos (por no decir muchos) momentos de nuestras vidas.